Y acontecía que habiendo pasado en turno los días del convite, Job enviaba y los santificaba, y se levantaba de mañana y ofrecía holocaustos conforme al número de todos ellos. Porque decía Job: Quizá habrán pecado mis hijos, y habrán blasfemado contra Dios en sus corazones. De esta manera hacía todos los días. Job 1:5
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Aunque no lo queramos ver así, somos responsables de orar por nuestros hijos y presentarlos cada día delante de Dios, interceder por sus vidas y pedir por ellos. Así como Job tomemos el compromiso de orar cada día por nuestros hijos y estar pendientes de su desarrollo espiritual.
#pensamientodeldía
#mujeresalospiesdeJesús
✍️ Mary Sánchez para MALPDJ
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